El CFP 24 de Flores recuerda a Cristian, Maxi y Adrián
El Centro de Formación Profesional n°24 recuerda en las redes sociales “Hace 2o años sacábamos por los techos de la escuela una escultura realizada íntegramente en el CFP 24 con la coordinación de María Claudia Martínez y docentes del CFP en los talleres de la escuela, en recuerdo del año de “La masacre de los pibes de Floresta”.
La madrugada del 29 de diciembre de 2001, el policía Juan de Dios Velaztiqui asesinó a Maximiliano Tasca, Adrián Matassa y Cristian Gómez, que se encontraban en una estación de servicio de Floresta.
Según un relato de un testigo presencial del hecho publicado en el diario Página 12, Juan de Dios Velaztiqui gritó “¡basta!”, desenfundó su pistola Browning GP-35 .9 milímetros y tiró. En su ráfaga de furia, el suboficial de la Policía Federal asesinó por la espalda a Maximiliano Tasca, Cristian Gómez y Adrián Matassa, tres jóvenes de entre 23 y 25 años que habían salido a jugar al pool y entrada la madrugada del 29 de diciembre de 2001 veían en el televisor de una estación de servicio de Floresta los cacerolazos en la Plaza de Mayo y celebraban las movilizaciones.
La escuela pública crece cuando se hace carne de los problemas con los que se choca, cuando se hace parte del territorio y sus injusticias. Cuando no es indiferente. ¡Cuando ensancha los límites de lo posible y “enseña” que otros mundos son posibles!
Desde entonces la misma se encuentra en la plaza de Gaona y Gualeguaychú. Cristian, Maxi y Adrián PRESENTES!!!
El Centro de Formación Profesional N° 24 es una escuela pública de la Ciudad de Buenos Aires que capacita a jóvenes y adultos en oficios en el barrio de Flores.
Si lo propio de lo “publico” es su vocación solidaria ya que la misma es expresión del esfuerzo colectivo de la comunidad, el crecimiento sostenido a partir del año 2000 y a través de todos estos años, expresa esa fidelidad comunitaria que la hace parte importante del barrio y de la vida de quienes la recorren y la habitan.
Esta conquista de lo común se asienta necesariamente en esa defensa de lo público, pero inscribe a partir de allí la construcción de un espacio de “incubación” de nuevas relaciones sociales que intenta resignificar la noción de autonomía muy propia de su contexto histórico.
Así, lo común se convierte en la conquista de una auto-transformación que conmueve las identidades involucradas por la elaboración conjunta de una diferencia y la creación de una novedad siempre a la mayor distancia posible de la heteronomía que nos impone el mercado y el capital.
El CFP 24 en este sentido, se propone como laboratorio de nuevas libertades y nuevas igualdades; como experimentación de relaciones alternativas que desmantelen la separación corriente del hacer, el saber y el sentido del saber en favor de una generación de comunidades contra-hegemónicas capaces de mancomunar la búsqueda del conocimiento y el anhelo de transformación; capaces de constituir una red de intercambios de haceres, ideas y circulación de significados, y una convergencia de potenciamiento conjunto que no ocurre sin trabajo y sin la creación de nuevas instituciones orientadas a albergar una conversación incesante entre diferentes maneras de albergar, hablar y de interpretar este tiempo inédito que vivimos.